La actual crisis bursátil de China podría dificultar uno de los pasos más importantes que este país debe tomar para avanzar en la internacionalización de su moneda: lograr que sea incluida en la canasta de divisas con derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional. La canasta de divisas DEG es la medida para definir el valor de las reservas que cada país miembro tiene en el FMI. Está previsto que en noviembre de este año la Junta Directiva del FMI se reúna para decidir si la inclusión se dará; pero hace pocos meses el panorama era relativamente positivo, tras la crisis bursátil de las últimas semanas los prospectos se han ensombrecido. “Las autoridades (de China) han dicho estar interesadas en que el yuan se incluya en la canasta de divisas con derechos especiales de giro”, dijo Christine Lagarde, la directora del FMI, durante el Foro de Desarrollo de China 2015, celebrado en marzo en la ciudad de Beijing. “Le damos la bienvenida a este proyecto y trabajaremos de cerca con las autoridades chinas para lograrlo”.
Sin embargo, durante la última semana algunas voces han pronosticado e incluso solicitado que el FMI aplace esta inclusión. “Dada la importancia de China en el comercio mundial, es razonable que la Junta Directiva del FMI considere incluir al yuan en la canasta de monedas DEG, pero para mí no es claro que actualmente cumpla los criterios para ser incluido”, dijo Colin Moore, el gerente global de inversiones de Columbia Threadneedle Investments, al diario hongkonés South China Morning Post. El FMI publicó el día martes 4 de agosto un informe en el que sus autores recomendaban, no denegar la inclusión de la moneda, pero sí aplazar hasta al menos septiembre del 2016 cualquier maniobra para incluir al yuan en esta canasta. “La extensión propuesta, que será decidida más tarde este mes por la Junta Directiva del FMI, no prejuzgará de ninguna manera los tiempos de finalización ni el desenlace de la revisión (para incluir al yuan en la bandeja)”, dijo a Reuters Siddharth Tiwari, el director del departamento de estrategia, política y revisión del FMI.
Es decir, el informe sugiere que, de aprobarse en noviembre la inclusión, no se tome ningún paso hasta septiembre del 2016, en lugar de iniciar los procedimientos en enero del próximo año. Esto con el propósito de no generar molestias en los mercados a principios del año entrante. Pero la decisión misma de incluir a la moneda en la canasta también podría verse afectada por la crisis bursátil. Uno de los principales motivos para incluir al yuan en la canasta DEG es la liquidez que podría aportar en un futuro, a causa de la creciente importancia comercial de la divisa. Según un informe publicado en abril por el banco HSBC, actualmente las reservas mundiales en yuan son de solo 2,5 %. Sin embargo, el estudio estima que en el 2025 esta cifra podría alcanzar a 10 %. Además, el proceso de reformas de las autoridades chinas ha estado encaminada a aumentar la liquidez del yuan.
“China ha implementado varios recortes en lo que va del año y se esperan aún más medidas de flexibilización en lo que queda del año, por lo que ya hay economistas que están hablando de una posible expansión cuantitativa ‘con características chinas’”, dijo Alicia García-Herrero, economista jefe en Mercados Emergentes del BBVA. “El yuan podría aportar algo de liquidez –sobre todo el ámbito de la financiación del comercio, donde el yuan ya disfruta de una fuerte presencia– aunque es improbable que esto logre neutralizar los efectos de la subida de los tipos de interés en EE. UU., dados el restringido número de mercados del yuan offshore y su falta de liquidez”. Con el advenimiento de la crisis bursátil, no obstante, algunos analistas consideran que podría haberse interrumpido el ritmo de aumento en la liquidez internacional. Para que haya dicha liquidez, la moneda debe poder usarse libremente. Con el fin de que esto último pueda suceder, deben abrirse las cuentas de capital, y para que esto ocurra, debe haber una aceleración en el ritmo de las reformas económicas de China. “Las probabilidades de que sea incluida en la DEG han caído como resultado de la caída en las bolsas y la intervención del Gobierno”, le dijo a Bloomberg Dariusz Kowalczyk, un analista de Credit Agricole CIB, desde Hong Kong.
Aunque Lagarde refirió la semana pasada que las turbulencias bursátiles no deberían afectar este proceso, la decisión no está en manos de ella. Para que la divisa sea incluida en la canasta DEG, un 85 % de la junta directiva debe estar de acuerdo con la decisión, si se determina que esto es un asunto especial. Si no, será necesario el 70 %. El 16,74% de los votos están en manos estadounidenses, que se ha opuesto públicamente a la inclusión. En el peor de los casos, si Estados Unidos vota en contra, tendría que haber casi unanimidad entre el resto de los miembros para aceptar la inclusión.